En la década de los sesenta el psicólog
Stanley Milgram planteó el llamado
Problema del Mundo Pequeño cuya formulación más simple podría ser de esta forma:
¿cuál es la probabilidad de que dos personas elegidas al azar se conozcan entre sí?.
Este problema se puede reformular de una forma algo más compleja y que da pié a nuevas cuestiones diciendo:
¿cuál es el número mínimo de conocidos intermedios que tienen dos personas elegidas al azar?. Milgram realizó un experimento con paquetes postales en USA que le llevó a la conclusión de que dos norteamericanos cualesquiera están "conectados" por un mínimo de seis personas (los famosos
seis grados de separación).
Este problema se ha extrapolado a Internet con el objeto de saber cuál es el número mínimo de clicks necesarios para acceder desde una página web determinada a cualquiera otra. Si nos imaginamos Internet como lo que es, una gran red de nodos unidos entre sí (para los matemáticos un grafo), lo que se intenta es medir el diámetro de la misma.
Las
Matemáticas han aportado, como casi siempre, las herramientas para convertir las teorías en leyes. En este caso no solo desde la
Teoría de Grafos sino también desde el cálculo matricial o el cálculo de probabilidades.
¿Y a cuento de que viene todo esto?, se preguntará más de uno. Pues viene a cuento de que
ayer lunes fuí protagonista de un fenómeno de mundo pequeño al conocer casualmente (en Murcia) a un oyente de mi programa que, como es bien sabido, está disponible en formato de
podcast en mi página
web.
El mozuelo es
Israel y es uno de los eficaces encargados de la sección de jazz de la nueva tienda
FNAC del
Centro Comercial Nueva Condomina. Para los que se muevan por aquellas tierras ya saben donde pueden encontrar un asesor en cuestiones jazzisticas con muy buen gusto musical ;)
Como casi todas las teorías o leyes naturales o sociales, también la del mundo pequeño tiene su formulación castiza que nada más salir por la puerta solté acompañada de una amplia sonrisa:
"El mundo es un pañuelo".
Etiquetas: fnac, jazz, mundo pequeño, podcast, radio
Amigo David:
Aún mi cabeza sigue dándole vueltas al sunto. Y creo que Samuel L.Jackson tiene la respuesta.
El hombre será siempre recordado por su papel de gangster en Pulp Fiction, y no se hable más. En la escena final del film, en su charla existencial con Vincent Vega, le comunica que lo importante de todo lo que les ha pasado (eludir la muerte segura, primero, la encarcelación eminente, después) no es que los hechos parezcan milagrosos.
Te roconocí, pero claro, esto habría sido imposible si tu no llevaras a cabo tu programa, y creo que también sería imposible si no lo llevaras con pasión y humildad. Por eso, El Cantor de Jazz, es, en cierto modo, un milagrito.
Enhorabuenas mil. Israel.
publicado por Unknown | 8/13/2007 1:53 a. m.
Estimado Israel, gracias por cerrar el ciclo pasando por el blog. Un abrazo y ya sabes donde me tienes para lo que necesites.
publicado por balhisay | 8/14/2007 11:05 a. m.