Stefano di Battista Quartet
Jazz en la Costa. XXII Edición
Parque El Majuelo. Almuñécar
Jueves, 23 de julio de 2009
Stefano Di Battista, saxos alto y soprano
Baptiste Trotignon, Hammond B3
Walter Ricci, voz
Eric Harland, bateríaDominio de su saxo alto y capacidad para comunicar desde el escenario serán dos claves para recordar uno de los mejores conciertos de jazz en estado puroRafael Marfil Carmona / Fotos: J.Nieto -
F.Ruiz HerreraEl saxofonista Stefano di Battista impartió casi una master class de técnica y expresión en la sexta jornada del Festival de Jazz en la Costa. Un concierto que se hizo breve por aportar el mejor bop de estos días en Almuñécar. A la sensación de fugacidad se unió el alto en el camino que supuso la aportación del joven cantante napolitano Walter Ricci, una voz sensible, especial y entusiasmada que llegará lejos sin duda, pero que distrajo la atención centrada en la avalancha de calidad musical que traía la formación de Di Battista. Aún así, el concierto fue un recorrido con aire mediterráneo por una música que sí era jazz en su estado puro.
La sombra de Charlie Parker está en el trabajo de todos los saxos altos, y continuará eternamente como un nivel inalcanzable, casi de otra galaxia. Di Battista ya superó esa deuda en su disco
Parker’s Mood, y lo hizo a gran nivel. Sin embargo, tras la generación de grandes seguidores de Bird como Phil Wood o Jackie MacLean, van surgiendo los que ahora trazan un camino propio. El músico italiano que actuó en El Majuelo es uno de los más destacados en este sentido. Jugó con sobreagudos, exhibiendo una técnica que aporta para el jazz lo mejor de la escuela de París en todos los registros posibles, pero con una propuesta de obras propias, tales como
Weather or not o
Under her Spell. Hubo espacio para algunos efectos ecualizados y compases llenos de arabescos, como la composición dedicada a la ciudad marroquí de Esauira. Además de su último disco con, titulado Trouble Shootin, Di Battista fue capaz de regalar al público algún estándar en los bises, como
Round Midnight o un
Mack the Knife deconstruido para jugar con el público.
No teme que nadie le haga sombra, por eso se rodea de los mejores. Llegó a grabar con Elvin Jones el disco titulado Stefano Di Battista, antes del fallecimiento del mítico batería norteamericano. Trabajar con buenos músicos es la clave para crecer. En la presente gira vino acompañado por el Hammond B3 de Baptiste Trotignon y la batería de Eric Harland. El primero supo construir desde el tono solemne y profundo de su instrumento, aportando unos desarrollos muy interesantes. El segundo, con sus enérgicas baquetas, demostró que el ritmo es el resultado de vivir la música con intensidad.
Hay en Italia un aprendizaje cultural de la escena, por la que se mueve este saxofonista romano mirando y sonriendo hacia el público. Cuenta cosas y comunica, con y sin saxo, y eso se agradece en un entorno como el jazz, que siempre es tan sobrio desde el punto de vista humano. Aún es joven y seguirá haciendo historia, pero este músico tiene ya sello propio y un lugar entre los grandes. Es alguien que, desde Roma, nos ha conquistado.
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