experimento en blanco

Cuando tuve que decidir como sería el sistema de comentarios de este blog decidí hacerlo lo más abierto posible, de modo que nadie tuviera que crear una cuenta en Blogger para poder dejar su opinión en el blog.

La activación de la opción "verificación de palabra" al comienzo y, posteriormente, la elección de una plantilla que (parece ser) no permite el SPAM, ha mantenido el blog libre de esos horribles comentarios (normalmente en inglés o japonés) que lo único que pretenden es redireccionar al lector a alguna web comercial.

De lo que no estaba libre es de los inútiles (pero bastante tocapelotas) comentarios amparados en el "anonimato" de Internet. Porque, claro, uno está dispuesto a debatir con otro ser humano que intenta aportar una visión novedosa, o al menos personal, sobre lo que uno ha escrito. Incluso es soportable que te digan que el blog es un truño, pero desplegar todo una enciclopledia de insultos por motivos desconocidos le hace a uno plantearse dos cosas:

- ¿esta criatura no tiene otra cosa más interesante que hacer?

- ¿que carajo he escrito para que se ofenda tanto?

Luego está aquel que con distintos nombres deja opiniones sobre un mismo tema, así como para reforzar sus ideas. Y ya sabes, querida lectora o querido lector, que uno puede ser tonto pero nunca le agradará que lo tomen por lerdo.

Todo esto viene a cuento de un comentario dejado por un animal de bellota que llegó a mi blog buscando fotos del Trio Armani, un grupo argentino de jazz muy interesante. Casualmente en el artículo donde hablaba de ellos (juro que no decía nada ofensivo) no había ninguna foto de los mismos. Y allá dejó el pollo un auténtica sarta de sandeces que (por respeto al buen gusto) borré inmediatamente.

No creo que merezca la consideración de troll, en caso contrario ya habría vuelto por aquí. Podría ser uno caso de tonto digital (recomiendo que leáis el artículo del también argentino Hernan Casciari). Y digo también, porque el boludo insultador escribía desde Buenos Aires. Además guardo con cariño su IP por si volviera. Muchos internautas creen que se convierten en seres anónimos cuando navegan por Internet, nada más lejos de la realidad.

El caso es que había decidido modificar la opción de publicación de comentarios de modo que a partir de ahora, quien quisiera aportar algo (positivo o negativo) tuviera que retratarse, pero la plantilla que uso no admite esa opción, así que mientras no tenga un buen rato para trastear el código fuente de la plantilla me tendré que conformar con estos imprevistos.